

Vida profesional


La primera institución en la que yo trabajé como docente, fue en la institución Ecuador, la cual, está ubicada en Montalvo, parroquia Montalvo, en una comunidad kichwa llamada Boderas. Sin duda alguna, fue una experiencia demasiado bonita, porque ingresé como bachiller de ciencias a impartir clases a estudiantes de la nacionalidad kichwa y pude con ellos nuevamente volver a hablar en la lengua que tanto extrañaba, el kichwa, ya que, al estar rodeada de un círculo de mestizos en el internado no podía desarrollar mi idioma dialogando e interactuando con mis compañeras porque ninguno de ellos no entendía mi lengua.
Cuando yo ingresé en esta comunidad, al inicio me costó un poco hablar con fluidez mi lengua, pero con el tiempo y al participar en las mingas[1] con los niños, al cantar y con las visitas a varios lugares sagrados de la comunidad, conseguí hablar más fluidamente con cada uno de los miembros de ella. Por ello, yo pienso que la herramienta más poderosa que yo tuve fue mi idioma, porque al dominar la lengua me pude integrar en la comunidad y relacionarme fácilmente con los niños, con las apa mamás[2], con los apayayas[3] y más aún con las mujeres, porque ellas no hablan en las comunidades el castellano.
Tanto la lengua Kichwa y el español, juegan un rol muy importante en las comunidades, pero muy diferente en el caso de las mujeres y de los hombres, pues, los hombres al ser más abiertos interactúan con ambas lenguas, mientras que, las mujeres al ser más tímidas les cuesta hablar la segunda lengua, porque tienen miedo y vergüenza de hablar mal, generando así un cohibimiento. En las comunidades, usualmente en los grupos de las mujeres ellas simplemente hablan en Kichwa, pero si ven que nadie en su grupo les va a entender ellas usan el castellano. Sin embargo, eso no sucede en las sesiones o las asambleas, porque ahí a pesar de que estén presentes castellano hablantes, solo hablan en Kichwa, a pesar de que ellas aprendieron a leer y escribir el idioma en las escuelas con métodos tradicionales.
Con el pasar del tiempo y mientras seguía ejerciendo la profesión que tanto amaba, ingresé en el instituto de Canelos para conseguir ser profesora de primaria, y después de algunos años conseguí mi licenciatura y por último mi maestría.
[1] La minga, es una palabra de origen Kichwa, que define una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo, con el objetivo de realizar un trabajo compartido para el bien común.
[2] Expresión en kichwa para referirse a las abuelitas o mujeres mayores.
[3] Expresión en kichwa para referirse a los abuelitos o hombres mayores.

