

Comunidad Shuar Washin
En el corazón de la Amazonia, se encuentra una comunidad llamada shuar - Washin, la cual, destaca por sus hermosos paisajes, gente trabajadora y riqueza en saberes ancestrales. El presidente encargado de la comunidad, es el señor Jesús Javier Allilluy Hucka[1], hijo de padres humildes y trabajadores shuar. Quién a partir de su experiencia y la de su familia nos permitirán conocer más sobre bebidas, comida, medicina y practicas ancestrales propias de la nacionalidad shuar.
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Historia de vida de una persona de la nacionalidad shuar – Jesús Alliluy
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Mi nombre es Jesús Javier Alliluy Hucka, soy el presidente de la comunidad shuar – Washi, ubicada en el cantón de Arajuno – Puyo. Soy hijo de padres trabajadores y humildes que tuvieron nueve hijos, a los que nos criaron con mucho amor y respeto hacia la madre naturaleza y todo lo que nos rodea. Dentro de la comunidad he ocupado diferentes cargos como: dirigente de la juventud, moderador en congresos y secretario. Cuando cumplía el rol de secretario, la industria petrolera quería invadir nuestro territorio para obtener beneficios del pozo O'Udlan a cambio de migajas, como una cabeza de ganado o un pollo. En ese momento, en mi nació la necesidad de defender mi territorio, mi madre naturaleza y no permitir que ingresaran a destruirla. Por ello, decidí acompañar a los antiguos dirigentes a varias reuniones a favor de nuestra comunidad para aprender y valorar más lo nuestro. Por esa razón, el ser presidente de mi comunidad me llena de orgullo por poder formar parte del cambio.
Mi papá se llama Gonzalo Allilluy Apakachi, pertenece a la nacionalidad shuar, actualmente, el tiene cincuenta y ochos años de edad y nació en el año de 1964, en Santiago Mendez. Su lengua materna es el shuar y su segunda lengua es el español. Cuando el creció, decidió con sus hermanos y cuñado recorrer grandes kilómetros para fundar estas tierras, en la que vivimos ahora. Por ende, él es uno de los fundadores de esta comunidad. Además, él ha tenido cargos importantes como: líder de la comunidad shuar – Washin, residente de la localidad, dirigente de la educación y dirigente de una organización muy grande en Arajuno, la asociación ASIA. En tanto al uso del idioma, las costumbres y las tradiciones propias de nuestra cultura mi papá mantiene el saludo y cura el mal aire, el espanto a base de plantas medicinales como el tabaco.
Cuando yo era pequeño, hace treinta y cinco años atrás, yo estudiaba en una pequeña escuela, ubicada en un asentamiento llamado Tuishkachi. Esta comunidad, recibe su nombre por la existencia de varios saladeros de lora en el interior de ella, por ende, tuish significa lora y kachi saladero en español. Salimos de esta comunidad mi familia y yo, porque en la comunidad shuar Washin, estaban llegando varias maquinarias para construir carreteras y teníamos más oportunidades de vida. Sin embargo, la diferencia entre ambos lugares, era muy notoria, puesto que, en Tuishkachi vivíamos con nuestra cultura, nuestras costumbres y tradiciones, todo era muy bonito y la gente era muy unida, pero, al llegar a la comunidad shuar Washi, surgió un impacto económico, ya que, al existir la carretera muchas personas extranjeras empezaron a circular por el lugar y de cierto modo, cambiaron nuestra cultura con saberes occidentales. Ya no pensábamos como antes, queríamos siempre vestir mejor, salir a buscar un trabajo en la ciudad o migrar a otros países, pensábamos solo en tener dinero sin importar que eso implicara cortar madera o matar animales en exceso. Con el paso de los años, he podido evidenciar como las familias se han separado debido a la migración, la economía y sobre todo por costumbres que no nos pertenecen y han sido impuestas de cierto modo en nuestro diario vivir. Es importante mencionar que, a partir de la creación de las carreteras, sobrevivir nos costó un poco más de lo que esperábamos, debido a que, el sonido de la maquinaria, de los medios de transporte y la tala de árboles, provoco miedo en los animales, causando así que los animales se adentraran en la selva y la cacería se convirtiera más difícil de lo habitual. Debido a ello, en la actualidad tenemos una reserva, 3.995 hectáreas, pero, en un pasado, hace cuarenta años, este sector era considerado sagrado por la variedad de fauna y flora que existía. Hoy en día, ya no podemos encontrar monos chorongos, monos coto, tigres, entre otros animales más.
Otro tema muy importante que nos ha afectado e impactado en nuestra vida social y laboral es nuestra lengua materna, el shuar. Mi familia y yo somos shuar de sangre y de alma, pero no dominamos la lengua, debido a que en Arajuno se maneja la lengua ancestral kichwa y nuestros padres debieron acoplarse a ella por necesidad para cualquier situación que suscitara. A partir de esto, nuestros padres solamente se comunicaban con nosotros en español dentro y fuera del hogar. De igual manera sucedía en la escuela, los temas eran impartidos en español, por ende, nosotros la adoptamos como nuestra lengua materna lamentablemente. Este hecho sin duda alguna ha causado grandes dificultades en mi vida, no tan solo en la educación sino también en las oportunidades de trabajo. Por ejemplo, si yo quisiera ser militar, mi impedimento sería el idioma, puesto que, al pertenecer a una nacionalidad shuar los cabos considerarían que yo si domino la lengua y que puedo avanzar al mismo ritmo que mis compañeros, pero al conocer mi caso seguramente no me aceptarían. Ahora, a modo de un segundo ejemplo, les relatare una experiencia mía. Años atrás, un amigo mío necesitaba traductores de idiomas de cada nacionalidad del Ecuador, y al notar el como a mí me gustaba un poco la animación y la locución, me dio la oportunidad de trabajar con él. Sin embargo, yo tuve que rechazar su oferta, a causa de que no dominaba mi idioma. No se pueden imaginar el cuestionamiento que me hice a mi y a mis padres, la culpa me invadía y las preguntas me atormentaban, recuerdo reprocharme, ¿Por qué no aprendí shuar? ¿Por qué mis padres no me enseñaron shuar? Y pienso en las oportunidades que hubiera tenido al haber aprendido, los lugares que pude haber conocido si hubiera compuesto mis canciones en mi idioma.
Ubicación de la comunidad shuar - Washin
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Mi comunidad Shuar – Washin, tiene aproximadamente cuarenta y dos años de fundación y está ubicada en la parte alta de la cordillera del cantón Arajuno, a una altura de 1,102 metros sobre el nivel del mar, mientras que, Arajuno se encuentra a 500 metros sobre el nivel del mar.
Historia narrada desde la memoria del tío de Jesús Ayllulluy: Las personas que vivimos en la comunidad de shuar Washin, somos Meldeños, es decir que provenimos del cantón Méndez, de la provincia de Morona Santiago. Nuestros mayores, al no encontrar en Méndez buenos terrenos, decidieron migrar hacia el norte y llegar hasta Arajuno, un lugar, en el que encontraron la presencia de la nacionalidad kichwa. Al querer empezar a organizarnos, surgió una rivalidad entre ambas nacionalidades, puesto que, nosotros queríamos también tener reservas de pozos perforados de petróleo, pero, la mayoría de los kichwa no lo permitían y, por lo tanto, teníamos que respetar esa decisión, aunque eso nos causara humillación e indignación la mayoría de las veces. Con el tiempo, grandes diferencias surgieron, la clasificación y sobrenombres se hicieron presentes en nuestro diario vivir, debido a que, las personas de la nacionalidad kichwa nos denominaban como: awkas o corta cabezas.
En Arajuno, se solían realizar magnas asambleas cada cierto tiempo con la finalidad de llegar a acuerdos que aportaran a la comunidad. En una de ellas, se decidió que nosotros los de la nacionalidad shuar si queríamos tomar las reservas de petróleo debíamos de fundar nuestra propia comunidad, pero no cerca de Arajuno sino en una zona mucho más alta. Por ello, cuando yo tenía la edad de trece años, decidí con mis hermanos apoyar a la creación de esta comunidad, para ello, en una asamblea pequeña y familiar escogimos una directiva y presentamos nuestro proyecto a la asociación ASIAC el cual fue aprobado. Recuerdo que el primer presidente de nuestra comunidad fue Juan Ayuik y después fui yo el segundo presidente de la comunidad. Al haber sido uno de los fundadores de la comunidad, he podido evidenciar como el convivir con personas mestizas ha causado un impacto en nuestra cultura, provocando que solo las personas mayores dominemos el idioma.
En una oportunidad, decidimos emprender el turismo comunitario, incorporando reglas para que todos los socios aprendieran el idioma, costumbres, tradiciones, saberes y conocimientos ancestrales de nuestra nacionalidad. Fue muy sorprendente para nosotros notar la acogida que tuvo el proyecto, y más aún en los jóvenes de la comunidad que querían aprender más, sin embargo, nuestro sueño dejo de florecer, al fallecer la persona que los guiaba. A partir de ese incidente, no se ha intentado nuevamente volver a formar un curso con estos objetivos. Sin embargo, desde mi punto de vista, el idioma es la base de todo para una persona que pertenece a una nacionalidad, mientras el resto como las tradiciones y costumbres, son por añadidura y se pueden aprender de una manera más fácil. Anhelo con el tiempo poder invertir y comenzar desde cero el turismo comunitario con las personas de la comunidad, aprendiendo el idioma, costumbres, tradiciones y construyendo espacios que representen de alguna manera lo que es realmente ser shuar.
Jesús Ayllilluy: Muchas veces mi tío ha pensado que el turismo comunitario nos permitiría salir en adelante y mostrar al mundo nuestros saberes y conocimientos ancestrales, pero, una gran dificultad que siempre nos impide continuar con este proyecto a pesar de ser de la nacionalidad shuar, es el idioma ancestral, porque esto es la base principal para las comunidades shuar, es un requisito indispensable que involucra esfuerzo y dedicación por querer aprender la lengua. Por otro lado, para mi hermano Braulio, vivir en nuestra comunidad se ha convertido en un hogar que nos permite obtener las bendiciones de la madre naturaleza, al sembrar y cosechar. La pacha mama, a su vez, nos brinda una mayor facilidad en alimentos, agua limpia, flora, fauna y gozar de todo lo que nos ofrece, sin la exigencia, de tener una buena profesión, un buen trabajo y mucho dinero para poder pagar el arriendo, alimentación y más. A su vez, considera este lugar como un espacio de sabiduría al permitirnos las plantas medicinales protegernos y sanarnos de enfermedades como el COVID 19. Por ello, el tambien considera pertinente levantarnos como comunidad y darnos a conocer a partir del turismo comunitario para que nuestros saberes culturales y lingüísticos no mueran en nuestra memoria.
[1] Su apellido es de origen shuar y significa mono nocturno.




