Mi padre se llama Jorge Rubén Vargas Canelos y mi madre se llama Nancy Lucrecia Aranda Vargas. Actualmente, ellos tienen la edad de 59 y 58 años de edad aproximadamente. Mi padre pertenece a la nacionalidad achuar, mientras que, mi madre pertenece a la nacionalidad kichwa. Ambos compartían el mismo objetivo, pues, al vivir parte de su vida en la ciudad, les permitió inculcarnos y dejarnos a mis hermanos y a mí un legado muy importante como lo es la formación académica y personal.

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Desde que tengo uso de memoria, mis padres siempre han sido personas estrictas, dedicados a su trabajo, hijos y a velar por nuestro bienestar, por ello, siempre nos mencionaban que la educación es la mejor herencia que nosotros podemos recibir y el pilar fundamental para cumplir todos los sueños y objetivos que nos propusiéramos a lo largo de nuestra vida. Sin duda alguna, la vida en la selva y en la ciudad son dos realidades y contextos muy diferentes, que nos han permitido valorar aún más la vida y poner en práctica todos los valores éticos y morales que nos han inculcado nuestros padres desde pequeños.