

Infancia

Atardecer en la comunidad de Kapawi

Lic. Jorge Vargas y su familia.
Mi infancia en la comunidad de Kapawi, fue marcada por aventuras que no tenían fin junto a mis dos buenos amigos Abraham y Calisto, éramos inseparables y pocas veces eran las que no estábamos de acuerdo con algo. Al vivir tan cerca, siempre nos reuníamos en el río con nuestras pequeñas canoas para poder pescar bagres o cualquier tipo de pescado, con el objetivo de hacer un trueque de este producto con la comida de los militares que se encontraban por nuestra zona, debido a las guerras que existían en ese momento. Recuerdo muchas veces haber recibido por los soldados: dulces, arroz, fideos o aceite a cambio de nuestros pescados, sajinos o guantas, dichos alimentos para nosotros era lo mejor del mundo porque no estábamos acostumbrados a probarlos y para ellos de igual manera. La mayoría de los militares no se arriesgaban a cazar o pescar estos alimentos por temor de las serpientes y boas que existen en mi comunidad, por ello, nosotros nos convertimos en sus pescadores y cazadores principales en medio de la selva. En la actualidad, se que Abraham sigue viviendo en la comunidad de Kapawi que nos vio crecer, mientras que, Calisto vive en Pukayaku, una comunidad kichwa.
​
A pesar de que mis padres son de diferentes nacionalidades, yo siempre intenté y estuve feliz de poder aprender dos lenguas ancestrales al mismo tiempo: el kichwa y el achuar. Sin embargo, aprendí un poco más el kichwa, pero, no por ello dejé el achuar a un lado, siempre intentaba familiarizarme con los dos idiomas junto a mis amigos mientras jugábamos futbol, volley, nadábamos en el río o en el monte mientras cazábamos guantas o sajinos. En fin, cualquier actividad que realizábamos siempre utilizábamos netamente las lenguas ancestrales divirtiéndonos sin parar.
​
Al cumplir mis ocho años, conocí por primera vez la ciudad del Puyo, al encontrarme por primera vez en un contexto diferente al que estaba acostumbrado, surgieron dudas dentro de mí, causándome un poco de intranquilidad. Con el paso de los días, mis padres fueron las personas que me guiaron, acompañaron y ayudaron en este nuevo proceso de adaptación, cada día aprendía algo nuevo y mis papás estaban felices por verme a mi feliz, aunque un poco inseguro y dudoso en un contexto diferente, pero a la vez igual al que yo estaba acostumbrado. Mis estudios los realice en la UECIB “Amauta Ñanpi”, al principio fue duro adaptarme porque la modalidad de estudio no tenia comparación a la que recibía en la comunidad de Kapawi, sin embargo, con el pasar del tiempo, me acostumbre y pude recibir un proceso de enseñanza – aprendizaje con pertinencia cultural en el que me sentí aceptado. En la actualidad, es grato poder ser compañero de trabajo de mis educadoras de la infancia, siempre siento una sensación bonita al escuchar las anécdotas y volver a revivir bonitos recuerdos de mi infancia junto a ellas.